Sevilla viva, antes y después: Plaza de San Francisco

Muchas veces es inevitable dejarse llevar por el asombro cuando somos partícipes de las diferencias que existen entre las cosas.
El ayer y el mañana pueden ser traicioneros cuando le otorgamos la licencia necesaria para inventar el tiempo, de hecho, revisando unas antiguas estampas de la Plaza de San Francisco, compruebo ese inevitable contraste sugerido por un blanco y negro que se mimetiza entre carruajes y otros sistemas de locomoción, entre fechas y nombres que han hecho posible una estampa mutante y con un monumento impertérrito comandado por la Giralda que se asoma entre calles.

Esta plaza, en la actualidad coronada con el Banco de España o la Fuente de Mercurio, tuvo otros márgenes donde el espacio público se expandía de una forma tan caprichosa como dispar.
Ya era una plaza cuando los cristianos reconquistaron la ciudad en 1248 y, su nombre, se debe a que entre los siglos XIII y XIX se accedía desde esta plaza al convento de San Francisco, convirtiéndose en la principal plaza de la ciudad.

Una de las edificaciones más características de esta zona es la erigida por Diego de Riaño entre 1527 y 1534, continuada por Juan Sánchez entre 1535 y 1540 y ampliado en el siglo XIX por Demetrio de los Ríos: nos referimos al Ayuntamiento o Casa Consistorial.

La antigua Real Audiencia también tiene su protagonismo por la cantidad de cambios que ha tenido en su perfil: reformada entre 1498 y 1499; remodelada con su distribución actual entre 1595 y 1597; cambio de fachada en 1606; y destruida por un incendio para la intervención de Aníbal González en 1918.
​El edificio fue adquirido por la Caja San Fernando en 1981 y transformado en la Fundación Cajasol en la actualidad.

En el año 1576, Diego de Pesquera, Asensio de Maeda y Bartolomé Morel, realizaron una fuente con una estatua renacentista del dios grecorromano Mercurio. Una que es parte de la geografía ornamental que esa plaza mantiene a pesar de los cambios.
Esta fuente fue restaurada en 1665 por Pedro Sánchez Falconete y despareció en un motín en el 1712. Años más tarde, el cantero Juan Fernández Iglesias hizo una nueva fuente, a la que se colocó otra escultura semejante.
En 1833 se desmontó la fuente y la estatua fue situada a lo largo del tiempo en distintas ubicaciones: los jardines de las Delicias, la Casa de Levíes, la Casa de los Pinelo, el Real Alcázar y los Jardines de Murillo. Entre 1850 y 1855 se colocó en esta plaza la fuente de la Plaza de San Leandro. Finalmente, en 1974, Rafael Manzano Martos hizo una fuente nueva para la plaza a la que se colocó la pieza. ​

En 1928 se construyó una nueva sede local del Banco de España, obra del arquitecto Antonio Illanes del Río y, por todos los límites de la plaza, podemos observar varios ejemplos de arquitectura regionalista.

A lo largo de los siglos fue sede de torneos, corridas de toros, mascaradas, autos de fe y otras fenomenologías religiosas, ejecuciones públicas, conciertos y celebraciones.
Para que después digan que la historia de una ciudad no está viva.