Es indiscutible que uno de los monumentos más icónicos de la capital Hispalense es el Real Alcázar, y dentro de este monumento encontramos una joya arquitectónica como es el Patio de las Doncellas, que es además una de las muestras más vivas del reflejo del tiempo con su evolución a lo largo de los años y su constante adaptación cultural.
En el post de hoy nos centramos en el Patio de las Doncellas, en su antes, y su después. A este patio se le llama de las doncellas porque según la tradición, las damas de la corte lo usaban como salón de entretenimiento y disfrute. El Patio de las Doncellas se comunica con el Dormitorio de los Reyes, el Salón de Carlos V y el Salón de Embajadores, este último de importancia vital para el Alcázar.
El Patio de las Doncellas es una pieza cuadrangular de 21×15 metros circundado por cuatro galerías y rodeado por una galería de arcos separados por elegantes columnas de mármol. Las columnas sustituyen las originales de ladrillo y fueron colocadas tras una reforma general, tanto como se rehizo partes de los ornamentos de yesería en el siglo XVI. Esta balaustrada fue añadida a mitades del siglo XVI bajo el reino del emperador Carlos V, siendo una obra del arquitecto Luis de Vega.
Una de las renovaciones se realizó en los techos de las cuatro galerías en la época de los Reyes Católicos. En la primera planta el uso de columnas se ve repetido, siendo nombrado la evidente diferencia de que en la planta baja los arcos se ven apoyado por pares de columnas, mientras que los de la primera planta en la mayoría solo son aguantados por una sola.
La cúpula que tiene es de estilo musulmán, está revestida de espejos metálicos que reflejan la luz que les llega de la propia sala. La decoración muestra niveles de exquisitez y riqueza incomparable. Además se reconoce que los ornamentos decorativos de los arcos rodeando el patio son mucho más detallistas que los más modestos una planta más arriba. En cada uno de los cuatro lados del patio las línea de columnas está interrumpida por un arco de casi la doble altura y relativamente más anchura como bien se puede apreciar en la primera imagen que os mostramos.

Desde el Patio de las Doncellas existe , como hemos mencionado anteriormente, la posibilidad de acceder a tres siguientes salones del palacio, llamados el Salón del Dormitorio, de Carlos V y de los Embajadores. Los ornamentos son una obra altamente geométrica de la yesería, y el complejo arquitectónico en sí un elemento de notable simetría.
En este patio están combinados de una manera armónica los conceptos de un Palacio castellano y de la estética y privacidad islámica. Durante la época de Felipe II, el centro del patio fue dominado por una fuente posteriormente colocada. La recuperación del diseño más o menos original del Patio de las Doncellas surgió recién, habiéndose renovado también la implantación de una alberca en el centro del jardín, recorriendo casi la entera dimensión del eje longitudinal.
