El Día Mundial del Teatro se celebra cada 27 de marzo, desde que en 1962 se creó la conmemoración, impulsada por el Instituto Internacional del Teatro (ITI). En España se pretende que la celebración sea un día de promoción activa del teatro, con lo que todas las instancias públicas y privadas relacionadas con el mismo ofrecen actividades y representaciones a puertas abiertas que atraigan o refuercen la vinculación del público con uno de los primeros espectáculos creados por la humanidad.
En España, desde el siglo XVI al primer tercio del siglo XX, el teatro fue el gran espectáculo de masas llegando por ello a la categoría de fenómeno social. Sabido es que teatros y autores tenían sus propios grupos de seguidores que llegaban hasta el fanatismo. Ofrecen algunas de las escenas que, a lo largo de varios siglos, han pasado a la cultura popular española.
Varios autores muy reconocidos del teatro español fueron:
Jacinto Benavente
Sus 174 obras gozaron del favor de su público habitual – la burguesía. Su teatro se compone de una crónica amable, de las preocupaciones y los prejuicios de la burguesía y de una suave ironía. En todas sus obras prevalece el diálogo; la narración sustituye a la acción como por ejemplo se puede observar en su obra La Malquerida (1913)
Ramon María Del Valle-Inclán
Su producción artística se basa en la creación de novelas, cuentos, teatro y poesía. En todos esos géneros se puede afirmar que destaca una singular evolución: desde un modernismo sensualista a una literatura mucho más crítica, pero basada en el proceso de esperpentización de la realidad. Así, sus inicios se basaban en dramas decadentistas de fin de siglo, ciclo mítico, farsas y finalmente en el esperpento (Luces de Bohemia de 1920, es un claro ejemplo).
Federico García Lorca
Hablamos de una de las cumbres del Teatro Español de todos los tiempos. Comenzó con obras teatrales de raigambre modernista, y más tarde cultivó el género de las farsas. Tras una etapa de apreciable influencia surrealista o del teatro imposible, llegará su etapa de plenitud, a la cual pertenecen sus grandes tragedias, como lo son Bodas de Sangre (1932) y Yerma (1934). En ellas, la mujer ocupa un puesto central en un ambiente rural, en donde las fuerzas naturales imponen un destino trágico con un argumento de escasa importancia, puesto que hay pocos personajes principales.
Miguel Miura
Mihura es la figura del teatro cómico español posterior a la guerra. Su obra más representativa sin ningún lugar a dudas es Tres sombreros de copa (1952). Se puede afirmar que este autor tiene una capacidad para urdir tramas sorprendentes, al igual que utilizar su gran sabiduría en cuanto al manejo de todos los recursos escénicos. Además, su habilidad en el diálogo, le permite dar un toque de encanto a sus obras en donde reside la magistral combinación de la imaginación, humor, ternura y poesía.