BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO

1617-1682

Murillo fue el pintor religioso barroco más popular durante el siglo XVII en España. A parte de ser conocido por sus pinturas religiosas, también realizó pinturas contemporáneas de mujeres y niños. Fue el pintor rey de Sevilla durante los siglos XVII y XVIII e incluso en la actualidad sigue siendo uno de los pintores más recordados y apreciados de la ciudad. Sin embargo, durante el siglo XIX su fama decreció debido a que se creía que sus pinturas religiosas eran demasiado sentimentalistas y con emociones desmedidas.

LA HISTORIA DE MURILLO

Cuando Murillo murió en 1682, dejó atrás un legado de más de 400 cuadros que han sido conservados durante más de 200 años y que ha sido la principal atracción para museos y compradores de arte. Otro atractivo de las obras de Murillo es el reconocimiento internacional que se les da, ya que no solamente excavó en sus raíces sevillanas, sino que sus obras fueron muy codiciadas en todos los países católicos de la época. Por ejemplo, una de sus obras maestras llamada El Jubileo de la Porciúncula fue devuelta a Sevilla desde Colonia, Alemania. Su influencia demuestra el impacto de la cultura que englobaba a Sevilla por aquella época.

Como se dijese anteriormente, durante el siglo XIX las obras de Murillo empezaron a perder su fama y la razón principal de ello era muy simple; a la gente le empezó a interesar otros gustos artísticos y no apreciaban del todo las obras de Murillo ya que su alta simbología religiosa estaba anticuada para ese momento. A la misma vez, el imperio de España empezó a perder fuelle ya que tanto la influencia del arte de EE. UU. como la de Inglaterra se estaba haciendo cada vez mayor y a su vez, las pinturas de Murillo enseñando la vida callejera de Sevilla con mendigos y gente muy pobre fue vista muy surrealista.

¿SIGUEN SUS OBRAS SIENDO RELEVANTES AHORA?

Incluso ahora, Sevilla conmemora el legado de Murillo y tiene muchos sitios históricos que ayudan a entender su vida y obra. Algunos de los lugares incluyen la Iglesia de la Magdalena donde fue bautizado; así como el Museo de Bellas Artes, que tiene una amplia colección de sus pinturas. Por último, no hay mejor manera de celebrar a una persona que tener una gran estatua en el centro de la Plaza del Museo para dedicarle su nombre a Murillo.

No obstante, Murillo sigue siendo una persona reconocida, especialmente en Sevilla, donde se celebró recientemente una conmemoración pública organizada por el ayuntamiento de la ciudad. Esta misma reúne las obras más representativas de Murillo encontradas en todo el mundo. Recientemente, los críticos modernos han estado reevaluando sus habilidades menos conocidas, como ser retratista,  y esto ha ayudado a revalorizar su trabajo perdido. Después de muchos siglos, el trabajo y el legado de Murillo se unirán ahora con otras grandes obras de España.